"Viviendo el reino de Dios, edificando sobre Cristo" - Serie Cómo comenzar el año 03

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INTRODUCCIÓN

Llegamos a la parte final de esta corta serie: “Cómo comenzar el año”.
¿Sabes?
Todo se reduce a cómo vamos a comenzar o continuar viviendo.
Aunque no lo hayas querido el año pasado has impactado a las personas, para bien o para mal. Y este año va a suceder lo mismo.
¿Cómo podríamos vivir de tal forma que impactemos a las personas para bien?
Eso sí sería comenzar el año exaltando al Señor.
Y la respuesta está en vivir, la vida que Dios quiere, que es la vida de los que pertenecen al Reino de Dios.
Y es que los que vivimos el Reino de Dios, podemos impactar a los que están fuera.
Esto es lo que Jesús hacía. Impactaba viviendo el Reino de Dios.
Jesús decía que con Él, el Reino de Dios había llegado. Y si bien el Reino de Dios tiene una etapa de plenitud futura, Él ya había inaugurado el Reino de Dios entre los suyos y aún nosotros.
Y Jesús impactaba con Su vida por Su entrega y compromiso con el Reino de Dios.
¿No sería lo más precioso que podemos hacer, impactar a otros con nuestra vida, viviendo el Reino de Dios?
Pero no siempre hacemos eso nosotros.
¿Crees que al intentar vivir nuestra vida cristiana hemos decepcionado a algunas personas el anterior año?
No sé si has escuchado de Mahatma Gandhi.
Es uno de los mayores personajes del siglo 18-19. Nacido en India y de familia muy religiosa entregada al hinduísmo.
Gandhi había tenido el liderazgo para su país en las luchas sociales y políticas de la India.
Fue conocido como uno de los hombres con mayor influencia por su altísima moralidad, espiritualidad y busca de la libertad y verdad.
Sin embargo, Gandhi, cuando era niño, asistió a una escuela de una misión cristiana aunque nunca se había entregado a Jesucristo.
Pero él se caracterizaba por buscar o conocer la verdad y parecía ir en busca de ella de forma sincera.
Se dice que mientras Gandhi estaba estudiando en la universidad de Londres, llegó a estar casi convencido de que la religión cristiana era la única verdadera y sobrenatural del mundo.
Al graduarse y en su búsqueda de la verdad aceptó un empleo en África Oriental y durante siete meses vivió en casa de una familia que era miembro de una iglesia cristiana evangélica. Y él pensó que en ese lugar, encontraría las pruebas del cristianismo que tanto anhelaba.
Sin embargo, pasado los meses, Gandhi vio que los cristianos no estaban comprometidos con la “causa de Dios” y que se “quejaban” cuando se les pedía sacrificarse por el “Reino de Dios”.
Su interés por el cristianismo se convirtió en decepción. Y al final dijo: “El cristianismo, no es la única religión verdadera y sobrenatural que esperaba encontrar. Es una buena religión, pero una más de las que hay en el mundo”.
Gandhi siguió practicando el hinduismo y murió como hinduísta, adorando a una multitud de dioses.
Y la respuesta es Sí podemos decepcionar a muchas personas por no vivir una verdadera vida cristiana o por no vivir el Reino de Dios.
Los cristianos deberíamos vivir el Reino de Dios así como lo vivía Jesús.
Así que el día de hoy queremos ir a las Escrituras para que el Señor nos muestre a todos, el cómo viven los creyentes, y así podremos seguir adelante, o re-encaminarnos, o empezar a vivir para el Reino de Dios.

DESARROLLO

Pero así como nosotros estamos en la lucha de vivir con sinceridad nuestra fe, había otras personas que también estaban en la misma situación.
Los discípulos de Cristo también necesitaban comprender que la vida del Reino de Dios que traía Jesucristo era muy distinta a la que vivía el resto de las personas y aún ellos en ese tiempo.
Entonces Jesús reúne a sus discípulos en el monte y en la llanura y les habla del Reino de Dios.
Por eso tenemos el Sermón del monte de Mateo y tenemos el sermón de la llanura en Lucas.
Jesús les estaba mostrando cómo se vive en el reino de Dios.
Y sabes, hoy más que nunca, nosotros necesitamos de esta misma verdad.
No solo para comenzar el año, sino para ser sustentados en toda nuestra vida.
Y Jesús da un discurso de cómo vivir siendo ya parte del Reino de Dios aunque sigamos aún en este mundo, con sus dificultades, pruebas, luchas, crisis, mientras aguardamos la plenitud del Reino futuro.
Lucas 6:46 RVR60
46 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?
¡Qué pregunta más incómoda e inesperada para sus seguidores! ¿Podrías hacer esta pregunta personal?
Es un reclamo de Cristo era para sus discípulos.
Había una exigencia: ser auténticos creyentes aún en un mundo de miseria y contaminación, porque empezaban a vivir para el Reino de Dios.
¡Y recuerda que de la misma manera, nosotros debemos comenzar a vivir!
La totalidad de las acciones del creyente deberían estar en coherencia con su nueva vida.
En otras palabras, nosotros que queremos empezar el año bien, deberíamos ser también consecuentes con nuestra fe y en coherencia a nuestra nueva vida.
Los discípulos y la gente más cercana que está escuchando a Jesús, le llama Señor, Señor, pero sus vidas no están bajo el señorío de Cristo.
¡Esa no es la vida del los que pertenecen al Reino de Dios!
La nueva vida para los discípulos era una vida después del arrepentimiento.
No pertenecían más al mundo, ni a sí mismos.
El arrepentimiento es por los pecados, pero también manifiesta que ya no quieres ser tú el “señor” de tu vida.
Que reconoces a un maravilloso y Santo Señor, al cuál Sí vale la pena seguir y por Quién vale la pena renunciar a todo.
La nueva vida cristiana es dejar de confiar en uno mismo para reconocer como Señor a Quién sí puede tomar tu vida y llevarla a bien (eternidad).
Los discípulos de Jesús para comenzar a vivir en el Reino de Dios, deben renunciar al señorío de sus vidas, para que Jesús sea el Señor.
Lucas 6:47 RVR60
47 Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante.
Y es hasta este versículo que tenemos la definición del señorío de Cristo.
No es solo oír las palabras de Jesús, sino que es hacerlas. Guardarlas. Obedecerlas.
No puedes comenzar un año tan solo viniendo a la iglesia y escuchando, necesitamos hacer.
Ahora imagina a los discípulos de Jesús.
Está delante de ellos, un hombre de origen humilde, carpintero, cuestionado por los fariseos, judíos y aún los sacerdotes.
Y les está pidiendo el Señorío de sus vidas.
Para el hebreo y judíos, no hay espacio para varios señores, sino tan solo DIOS puede ser SEÑOR.
Jesús está enfrentando a los discípulos con la verdad de Quién es Él, con la verdad de Su deidad.
Muchos cuando escuchan este tipo de palabras de Jesús, lo dejan de seguir.
Pero Él está exigiendo el Señorío, a la medida o igual forma que Dios exige el Señorío por derecho.
Y lo quieras o no. También nosotros somos confrontados con la verdad de Jesús, y donde debemos también definir si Él es Señor de nuestras vidas o no lo es.
Y Jesús va a ilustrar cómo es renunciar a sí mismos, para entregarse al Señorío y a la aceptación de la deidad de Jesús y cómo sería no hacerlo:
Lucas 6:48 RVR60
48 Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.
Jesús utiliza una ilustración que sería fácil de entender para ellos.
En esa región y de forma general en la Antigua Palestina, las casas se buscan construir cerca de las fuentes de agua.
Las necesidades más básicas de la casa y del hogar, serán cubiertas si el constructor edifica cerca a esas fuentes de agua.
En esta ilustración, hay dos hombres, con la misma necesidad de asentar su casa, cerca a esas fuentes de aguas.
El primer hombre es una referencia al que va a Jesús, escucha sus palabras y las hace.
Es una referencia al hombre que acepta y se rinde ante señorío de Cristo.
“..cavó, y ahondó y puso el fundamento sobre la roca;..”
Ahora piensa que hoy en día es mucho más fácil cavar y ahondar que en aquellos tiempos.
Tenemos herramientas, equipo pesado, maquinaria para hacer ese trabajo por nosotros.
Antes el trabajo se hacía a mano, y lo tenía que hacer el padre de familia, y si era bastante rico podría contratar obreros, pero la mayoría de ellos, tendría que hacer el trabajo por sí mismo.
Pero aún en condiciones de alto esfuerzo, el hombre logra cavar los duros estratos, pasando por la tierra, hasta encontrar ROCA en que cimentar la casa.
El pasaje paralelo de Mateo, resalta la prudencia de este hombre.
Aún ante lo que representa mayor trabajo, él prefiere la estabilidad de su casa, y la seguridad de la misma, porque sino no le serviría de nada saciar su sed, si perdería su casa y a los suyos.
“..cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.”
El momento de crisis había llegado.
Aquella fuente de agua que era tan anhelada se volvía potencialmente peligrosa.
El hombre puede controlar dónde edifica su casa y sobre qué lo hace, pero no puede controlar la tormenta que puede venir y el riesgo que puede traer.
“..el río dio con ímpetu contra aquella casa,..”
Lo que es llamativo es que ambos hombres reciben la misma tormenta y el mismo peligro.
No es una tormenta pequeña la del primer hombre, sino es el río con la misma fuerza que el segundo.
"..pero no la pudo mover,..”
El peligroso e impetuoso río no puede hacer nada sobre la casa.
El motivo: Porque estaba fundada sobre la roca.
Como ingeniero civil, te puedo decir:
Que la casa o sus estructuras, transmiten las fuerzas sobre otras estructuras más fuertes, en este caso los cimientos, y los cimientos descargan o transmiten su fuerza sobre el terreno, y en este caso una estructura más fuerte aún que es la roca.
Y es el terreno final, que termina absorbiendo la fuerzas que actúan sobre la casa y todo el ímpetu que trajo la tormenta.
Ahora, recuerda, que Jesús no está dando consejos de cómo construir casas, sino que es una ilustración final de su discurso de “cómo vivir el Reino de Dios”.
Y el primer hombre, representa a quien construye su vida sobre la persona de Cristo (deidad y señorío).
Estos son los que construyen escuchando, pero no solo escuchando, sino haciendo.
Si quisiésemos parar el mensaje en esta parte, ya podríamos hacerlo.
Porque necesitábamos saber cómo vivir o cómo comenzar viviendo este año, y ya sabemos la respuesta, que es bajo el señorío de Cristo, porque sólo construir sobre Él, que se entiende en guardar y hacer Su Palabra, podría sustentarnos, en un mundo caído y pecaminoso, lleno de tormentas, mientras vivimos en el Reino de Dios y aguardamos su plenitud.
Ya sabemos, cómo Jesús quería que vivan sus discípulos que ponían sus mentes y corazones en la eternidad, a partir de pertenecer al Reino de Dios, y comenzar a vivir desde ya en él.
Pero, esta es la misma forma en cómo el creyente el día de hoy, en este siglo, debería vivir. Porque el creyente de hoy, recibe la misma dádiva de vivir el Reino de Dios porque pertenece a él.
Mas Jesús, no termina su mensaje ahí.
De hecho, él termina tanto el Sermón del Monte de Mateo, como el Sermón de la Llanura de Lucas con este mensaje, de los dos cimientos.
Jesús realiza una advertencia en la ilustración:
Lucas 6:49 RVR60
49 Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.
Hay muchos mensajes y exhortaciones que Jesús hace a incrédulos, fariseos, sacerdotes y otros. Pero es llamativo que esto lo hace a quienes lo habían seguido, y aún se habían sentado a escucharle.
“Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre la tierra,..”
El segundo hombre representa a:
Los que pretendían seguir a Jesús y aún lo llamaban “Señor, Señor”, pero no guardan Su Palabra.
Esta igual es una forma de vida, aún de los seguidores de Jesús.
Y si queremos relacionar a nuestro tema o serie de “Cómo comenzar el año”, estamos diciendo que no vayas a comenzar el año o lo que fuese que estás haciendo o continuando haciendo, si solo escuchas Su Palabra y no haces.
En la ilustración, ambos hombres edifican su casa.
Tenemos pocos detalles, no podemos decir que la culpa es de los materiales de menor calidad de la casa, o la rapidez en hacerlo.
Es más normal entender que ambos edifican en condiciones similares, y que la única diferencia está en el terreno donde lo edifican.
Ambos quieren estar cerca al recurso del agua que es la opción de vida y de satisfacer sus necesidades.
Ambos construyen su casa para resguardar a ellos y sus familias.
Pero no construyen sobre el mismo terreno.
“..edificó su casa sobre la tierra..”
El texto paralelo (Mt 7.24-27), utiliza una palabra griega distinta “ἄμμος” (ammos), que se traduce como arena. Mientras Lucas utiliza la palabra “γῆ” (ge) que es tierra.
Sin embargo, Lucas dice que es “..tierra, sin fundamento”.
En cualquier caso, ninguno de ellos podría resistir. La arena en sí misma no puede hacerlo, y parece que Lucas tiene en mente a un hombre que llega al mismo nivel de tierra del primero, pero que se queda ahí por el excesivo esfuerzo o comodidad, y no llega a asentar la estructura sobre la roca.
De hecho hasta hoy, no se puede asentar en arena o en cualquier suelo que no tenga la suficiente resistencia para garantizar un base sólida que evite el deslizamiento o movimiento del suelo.
Con toda nuestra tecnología y métodos constructivos, nos damos cuenta de la gran importancia del terreno que va a soportarlo.
Y cuando hoy en día hay suelos arenosos o no resistentes, se construyen pilotes, o grandes estructuras verticales sobre las que se descargarán fuerzas del edificio, hasta capas bastante profundas donde se encuentre roca, o suelos mucho más estables.
El segundo hombre representa al cual edifica su vida, su casa o seguridad, pero Cristo (Su persona, deidad y Señorío) no es su fundamento.
..contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.”
La crisis o tormenta llega con ímpetu.
No es ímpetu mayor a la primera casa, es el mismo río con su misma fuerza.
Esta casa, no tiene estructuras fuertes y finales donde descargar o transmitir sus fuerzas y por lo tanto cae y es grande la tragedia de esta casa.
Y es la única vez en el Nuevo Testamento que se utiliza la palabra “ῥῆγμα” (regma), que quiere decir “ruina o colapso”.
Es decir, la casa no se ha dañado un poco, sino ha colapsado totalmente.
El lugar de seguridad del segundo hombre, es el lugar de su tragedia.
Y esta forma de vida, tan solo de ser seguidor de Cristo pero no hacedor, llevaba a la ruina completa.
Jesús estaba advirtiendo a los discípulos y a sus seguidores, que la vida del creyente no era una vida como del resto, sino que empezar a vivir en el Reino de Dios, es vivir bajo el Señorío de Cristo:
Escuchando, y haciendo, porque sino, la tragedia de cualquier cosa que iban a construir estaba a las puertas, por la falta de la roca, que es Él mismo, CRISTO.

MEDITEMOS EN LA PALABRA

Y ahora, las Escrituras, no solo confrontan y animan a los discípulos, sino también a nosotros.
En este año o comienzo de año, o en la continuación de nuestras vidas el día de hoy hacia adelante, vamos todos a seguir construyendo y vamos a seguir impactando la vida de otras personas para bien o para mal.
Pero al menos ya sabemos lo que el Dios Soberano del Universo, en Su conocimiento Pleno, sabe cómo terminará para aquellos que construyen sobre Cristo y para los que no lo hacen.
¿Cómo quieres vivir a partir de ahora?
Respuesta: Construyendo sobre Cristo.
Esa es la conclusión. No la mía, sino la de Dios Creador, Rey del Universo.
Todo lo que vayas a hacer en tu vida sin Cristo, será tan solo para que el peligro y las situaciones humanas te muestren la tragedia espiritual de una vida apartado de Jesucristo.
¿Cómo debemos vivir los creyentes?
Empezando a ser parte del Reino de Dios, DONDE CRISTO ES SEÑOR.
Él nos permite y nos llama a vivir siendo ya parte de Su Reino.
Pero eso genera o demanda coherencia en nuestras vidas.
Si ÉL ES SEÑOR, entonces, vivamos bajo Su Señorío.
No inicies o no vayas a vivir un cristianismo sin Su Señorío.
Cuestiones prácticas:
¿Responde a una vida de pertenencia al reino de Dios lo que vives en tu familia, matrimonio, relación de hijos a padres y padres a hijos, tu trabajo, tus prioridades, TU MINISTERIO en la iglesia, tus estudios, tu relación con otros hermanos?
Todo tendría que estar bajo el SEÑORÍO DE CRISTO.
Esto quiere decir que: Yo ya no soy señor de mi vida, sino Cristo es SEÑOR.
Esa sería la forma en cómo mis actos reflejan la esperanza de mi eternidad.
¡VAYAMOS A CRISTO, ESCUCHEMOS SU PALABRA, SEAMOS HACEDORES!
Eso es construir sobre Cristo.
No basta escuchar. Realmente no es suficiente estar aquí hoy.
Es necesario ser un Hacedor. Es decir, renunciar a cualquier otro señorío.
Que si el pecado es pecado para Él, lo sea para mí también. Porque ÉL ES MI SEÑOR Y MI DIOS.
Que veamos el CONSEJO de Dios en Su Palabra, y entonces, fervientemente hagamos lo necesario para seguirlo, porque SU SEÑORÍO es la base para mi vida.
Que mi vida sea en armonía o en coherencia con mi fe.
No hay otra forma de comenzar el año, no hay otra forma de vivir en el Reino de Dios.
Todo lo contrario a ello, será peligroso, no terminará bien y aún puede desanimar a muchos otros.
¿Recuerdas la ilustración del inicio?
Hay mucha gente cristiana, que llama Señor Señor, a Jesús, pero que no vive el Reino de Dios, y que aún puede decepcionar a muchos otros.
Pero la mayor sorpresa no será para con los otros, sino que nos daremos cuenta que hemos edificado sobre nuestra seguridad y no sobre Cristo, y entonces caeremos.
Y nuestra herencia espiritual a nuestros hijos, será una casa que no ha sido edificada en Cristo.
Y hoy, es día de buenas noticias, porque aún hay tiempo. Todos nosotros podemos edificar sobre Cristo y podremos empezar a vivir en el Reino de Dios, que lleva al Señorío de Cristo.
1 Pedro 2:4–5 RVR60
4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
Todos los que se acerquen de forma sincera al Señor, podrán ser distintos, porque Él sigue transformando y puede enseñarnos realmente a construir sobre la persona, obra, deidad y Señorío de Cristo.
Finalmente, Si no tienes a Cristo, si estás por primera vez acá.
Entonces, sin duda alguna, también estás edificando como los seguidores no hacedores.
Esa casa que va a caer también es la tuya, y en una falsa seguridad, un día va a llegar la realidad de la tragedia espiritual.
El Señor Jesucristo se ha revelado en Su Palabra, interviniendo en la Historia humana, para que podamos por Su gracia, edificar sobre Él.
Él ha dado su vida en la cruz, para que todos los que somos pecadores, podemos recibir el perdón de pecados porque Él ocupada nuestro lugar.
Mi pecado ha llevado a la cruz a Cristo, pero también me da la oportunidad de ser limpio por Su vida, Su muerte y Su sangre derramada por todo mi pecado.
Y entonces, de vivir para mí o para lo que fuere, puedo pasar a ser un perteneciente de Su reino, donde Él es Señor y Salvador.
Si no has confesado a Cristo como Señor, es necesario que lo hagas.
Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo. Arrepiéntete de tus pecados y Él pagará tu deuda y te hará una nueva criatura, donde Él será tu sustento y roca segura sobre la cuál edificar, mirando la eternidad.

CONCLUSIÓN

¿Cómo deberíamos comenzar este año?
Viviendo de manera auténtica el reino de Dios, donde Cristo es SEÑOR, y donde por Su gracia, podemos edificar sobre Él y encontrar seguridad eterna.
Vamos a orar.
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